Una guía breve para la elección de tratamientos basados en evidencia.
Es sabido que antes de llegar a la consulta con un profesional de la psicología, se atravesaron por cientos de alternativas y posibilidades, desde: el remedio de una vecina, el consejo de un amigo, probar con supuestas propiedades curativas de algún fruto, una planta, un hábito poco usual, rituales estrafalarios, flores de Bach, la intuición, una breve búsqueda en Google y por último, es que se considera la ayuda profesional, cuando muchas veces, debió de ser la primera opción a un problema que ya era persistente y que en muchos casos, pudo haber sido determinante.
El acudir a solicitar un servicio de atención psicológica, recientemente se comienza a hacer visible, con ayuda de los medios de comunicación, con las llamadas campañas de desestigmatización del cuidado de la salud mental. Es recientemente que la sociedad comienza a tomar atención, al hecho de que muchos de los problemas que enfrenta, son de conducta, y por lo tanto tienen mucho que aportar a la prevención, o en este caso, a la resolución de problemas ya existentes.
Es recientemente que la sociedad comienza a tomar atención, al hecho de que muchos de los problemas que enfrenta, son de conducta, y por lo tanto tienen mucho que aportar a la prevención, o en este caso, a la resolución de problemas ya existentes.
Si el anterior es el caso de muchos adultos, que con mucha resistencia acuden a los servicios de atención psicológica, es también muy usual el hecho de que cuando un menor presenta un problema de conducta, se dan respuestas simplistas, basadas en la intuición, supuestos diagnósticos de profesionales no acreditados para hacerlo, como docentes de educación básica y demás alternativas que no corresponden a la realidad del problema, lo cual deja a la deriva a los padres de familia, con cientos de dudas al respecto, ya que es claro que no todos tienen conocimientos del tema, al no tener ninguna directriz al momento de elegir el mejor tratamiento.
Difícilmente probaríamos un alimento que sabemos que está en descomposición, y que se nos ha vendido como con propiedades terapéuticas, tampoco elegiríamos un medicamento, que carezca de rigurosas investigaciones respecto a su eficacia o de los efectos secundarios que todo fármaco posee.
Es por eso por lo que aquí se proporcionan algunos aspectos para que tomes en cuenta, antes de elegir el mejor tratamiento psicológico para tus pequeños con lo que caracteriza a un tratamiento basado en la evidencia:
Cuentan con investigaciones que les respaldan.
Esto significa que sus principios y sus métodos están avalados por evidencia científica, muchos de estos han sido examinados en laboratorios, con técnicas muy especializadas, que demuestran no solo que funcionan, sino que explican por qué funcionan.
Antes de elegir un tratamiento revisa que exista evidencia empírica que lo sustente o se basa solamente en especulaciones.
Son eficaces.
No solo demuestran con fundamentos teóricos y evidencia empírica sus principios, sino que en la práctica demuestran que generan un cambio, el cual es duradero y estable conforme el tratamiento avanza.
En cuestión de su duración, se planifica la evaluación y la intervención de manera que se requiere menos tiempo para alcanzar resultados significativos.
Son proporcionados por un especialista acreditado.
La regulación de la práctica profesional de psicología en México es un asunto del cual solo haremos mención, pero que requiere cambios importantes, para controlar las malas prácticas o que sin regulación se preste a que oportunistas vendan supuestas soluciones sin siquiera estar acreditados, poniendo en riesgo a quienes acuden ante estos.
Un especialista en problemas psicológicos infantiles ha recibido primero una sólida formación en la comprensión de la conducta, su desarrollo, sus problemas y tratamiento, además se ha especializado en el área mediante estudios de posgrado orientados a la atención psicológica.
Son realistas.
Reconocen que aunque potencialmente pueden intervenir en un gran número de problemas, no se venden a sí mismos como la panacea o como el producto milagroso, solución a un sin número de problemas.
Abordando los casos individualmente encuentran que existen limitaciones propias que le permitirán llegar a un grado de alcance en el mejoramiento de los motivos de consulta.
Algunos tratamientos que manejan criterios y estándares de calidad como los anteriormente mencionados para el tratamiento psicológico en niños, por mencionar algunos:
-Análisis conductual aplicado (comúnmente conocido como terapia ABA)
El cual ha tenido gran auge por sus aplicaciones y eficacia en el tratamiento del espectro autista, ha demostrado eficacia en una gran diversidad de problemas de conducta en niños.
-Terapia cognitivo conductual para niños
Esta terapia es reconocida por la APA como una de las más eficaces para el tratamiento psicológico, también existe la variante aplicada en niños.
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